Ojo de Buey. De entrada de luz a los barcos a ventana moderna y sofisticada
La arquitectura nos ha regalado a lo largo de la Historia elementos que han pasado a formar parte indispensable del diseño de casas y edificios. Si hablamos específicamente de ventanas, el ojo de buey es un claro ejemplo de elemento arquitectónico que aporta un toque característico y distintivo.
¿Por qué se llama “ojo de buey”?
Seguro que a muchos les resulta familiar este término. Se trata de esa pequeña ventana redonda cuyo uso más conocido y antiguo, sin embargo, no tiene que ver con la construcción, sino que está relacionado con los barcos.
Una de las curiosidades que rodean a este elemento, sin duda, es su nombre. El término «ojo de buey» se explica por la semejanza visual entre la forma de la ventana redonda y convexa y la apariencia del ojo de este animal.
La solución para la entrada de luz en los barcos
Uno de los problemas a los que se enfrentaban los marineros y constructores navales en la antigüedad es encontrar la solución que permitiera la entrada de luz y aire en los barcos sin comprometer su resistencia al agua.
En las primeras embarcaciones, las aberturas en el casco tenía forma rectangular, pero presentaban algunos problemas. Entre otros, que no impedían la entrada de agua durante tormentas o condiciones marítimas adversas.
Fue entonces cuando se empezó a buscar una forma más eficiente de resolver esta situación. Alrededor del siglo XVI comenzó a utilizarse en los barcos el ojo de buey, con su forma redonda que la distingue, y que se demostró más efectiva en términos de resistencia al agua, permitiendo además una mayor entrada de luz y aire.
A medida que avanzaba la tecnología de construcción naval, el ojo de buey evolucionó. Se introdujeron mejoras como vidrios curvos que brindaban una mayor resistencia y protección contra las olas y el viento. Además, se agregaron marcos y cierres herméticos para garantizar un sellado seguro y evitar la entrada de agua.
Con el paso de los tiempos, el ojo de buey, además de ser una estructura eminentemente práctica, se convirtió también en un elemento icónico de los barcos, tanto en veleros como en modernos buques de carga y cruceros de lujo.
De los barcos a la arquitectura
Si en la actualidad alzamos la vista en una calle céntrica, veremos que en muchos edificios hay ventanas con formas redondeadas. Y es que, además de su uso en barcos, el ojo de buey encontró también su reconocimiento en la arquitectura a partir del siglo XIX.
Al descubrir las ventajas de esta peculiar ventana, los arquitectos comenzaron a incorporarla en el diseño de diversas estructuras. En la actualidad, el ojo de buey se utiliza en casas, hoteles y otros espacios arquitectónicos como una alternativa única a las ventanas tradicionales.
Además de su belleza estética, su forma redonda permite una distribución más uniforme de la luz natural en el espacio y un campo de visión más amplio.
Un elemento estético que marca tendencia en la actualidad
Junto con su naturaleza eminentemente práctica, el ojo de buey ha encontrado otros usos creativos para los edificios más allá de su funcionalidad original. Por ejemplo, en algunas viviendas se ha convertido en un elemento decorativo, agregando un toque marítimo y nostálgico a los interiores.
Las ventanas de ojo de buey convierten una estancia simple en un rincón único y especial. Normalmente, el lugar de una vivienda ideal para la colocación de un ojo de buey es el cuarto de baño, pero también es frecuente su presencia para alinear las paredes de una escalera en un edificio.
Dentro de la arquitectura actual están de máxima tendencia este tipo de ventanas en el techo de áticos y lofts, lo que permite crear espacios que brillan con una magia especial.
Los ojos de buey, a día de hoy, cada vez son más protagonistas en las revistas de decoración, en las que aparecen casas exquisitas que apuestan por este tipo de ventanas. En muchas ocasiones, se muestran como verdaderas obras de arte en la arquitectura de la vivienda.
Como ejemplo de esa tendencia cada vez más demandada, esta misma semana, sin ir más lejos, en Curvados Ibáñez hemos fabricado varios ojos de buey que a continuación os mostramos como han quedado:
- Ojo de buey de aluminio en lacado blanco de 88 cm de diámetro pivotante, fabricado en la serie 3500 de Cortizo.
- Ojo de buey lacado blanco mitad fijo y mitad basculante. Cuenta con 60 cm de diámetro y está fabricado en la serie 40 de Alumed.
En Curvados Ibáñez somos especialistas en todo tipo de ventanas curvadas de aluminio sobretodo, en ojos de buey.
Puedes ponerte en contacto con nuestro equipo por e-mail (presupuestos@curvadosibanez.com) o teléfono (966612069) para solicitar un diseño de ojo de buey que armonice con el estilo de tu hogar.
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